¿Cómo incentivar la atención de los estudiantes en la educación virtual?

educación virtual colegio

Mantener la atención de los estudiantes en la era digital es el nuevo reto al que se enfrentan muchas instituciones alrededor del mundo. En este artículo te contaremos 8 tips que podrás aplicar para despertar el interés de los alumnos por medio de una pantalla.

1. Hacer pausas activas durante las clases virtuales

Mucho se habla sobre el tiempo de atención que el ser humano tiene al realizar cierta actividad o al enfocarse en determinado escenario de aprendizaje. Se estima que una persona puede llegar a concentrarse y a mantener su atención durante 20 minutos sin ningún problema.

La recomendación en este caso sería estar haciendo pausas activas de unos 2 o 3 minutos y continuar con la clase. Durante este tiempo, se puede enviar al estudiante a que coma algún aperitivo o que se levante de su asiento y estire sus músculos para que sienta el cambio de actividad y pueda concentrarse con más facilidad al regreso.

2. Clases teóricas y prácticas

Una buena forma de llamar la atención de los estudiantes es pensar en una metodología que sea dinámica y lúdica. Si ya tenemos claro que la concentración se pierde con el paso del tiempo, una solución efectiva es dividir las clases en espacios teóricos y prácticos para que haya una mayor motivación de aprendizaje.

Si la clase dura dos horas, se puede planear de tal forma que la primera hora esté dedicada a la parte teórica de la lección, y la siguiente hora invitar a los estudiantes a que pongan en práctica lo aprendido, mediante actividades o tareas que puedan desarrollar de forma individual o grupal

3. Crear contenidos atractivos durante la clase virtual

Este punto se relaciona con el anterior. No basta con tener una metodología de enseñanza buena y variada si los contenidos que componen las clases no son innovadores y dinámicos, además de cumplir con las necesidades educativas y las ambiciones personales de los estudiantes.

Existen múltiples recursos y materiales didácticos que se pueden utilizar: lecturas, videos, podcasts, infografías, etc. Lo importante es tener en cuenta de qué manera aprenden los estudiantes y cuáles son los contenidos que más llaman su atención e incentivan su aprendizaje para sacarles provecho.

4. Lenguaje asertivo y significativo

Cualquier forma de aprendizaje deberá estar guiada por un lenguaje que sea asertivo e impacte de forma positiva al estudiante. No es necesario dar lecciones extensas y difíciles de entender; en este punto es necesario contar con lenguajes más simples y que tengan un verdadero sentido pedagógico y comunicativo.

Aprovecha los recursos de la nueva era digital y descubre en ellos los intereses actuales de una generación que es principalmente visual, y aprovecha tales insumos para llegar a los estudiantes de esa manera.

5. Incentivar el aprendizaje virtual colaborativo

Se cree que el rol de enseñar es exclusivo de los docentes pero no es así. La pedagogía actual requiere de canales de comunicación activos que permitan poner a dialogar los conocimientos y aprendizajes de todos los estudiantes, y así generar reflexiones más enriquecedoras y robustas.

Planear exposiciones, debates, o cualquier otra actividad que implique la interacción constante de los estudiantes no solo hará que las clases sean más dinámicas para que los estudiantes se concentren en ellas, sino que será un óptimo recurso para lograr los objetivos de aprendizaje planteados desde el inicio.

Una herramienta que te puede ayudar a conseguir espacios virtuales más participativos e interactivos es Blackboard Collaborate. Esta plataforma te permite aprovechar todos tus recursos educativos en tiempo real como si se tratara de una sala presencial.

6. Evaluaciones objetivas

Como ya sabemos, las evaluaciones de un curso se relacionan directamente con la apropiación del conocimiento que, a su vez, va alineado con los objetivos de la clase. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay múltiples maneras de hacer evaluaciones y que, incluso, estas pueden aparecer a lo largo del curso.

Ya sean evaluaciones escritas, evaluaciones orales y actividades evaluativas, es importante demostrarle al estudiante que todo el tiempo está siendo evaluado y que cada una de las lecciones que ve a lo largo del curso le servirán para su experiencia académica y personal.

Y no olvides: una buena experiencia evaluativa dependerá, también, de los recursos tecnológicos para evitar cualquier riesgo de trampa o fraude. Por esa razón, es importante contar con una plataforma como SUMADI: una solución de proctoring que apoya el proceso de aprendizaje online y garantiza la honestidad académica, por medio de funcionalidades como: reconocimiento facial, detección de objetos y seguimiento del navegador.

7. Apropiación de las plataformas virtuales educativas

Es común que en esta era los estudiantes sean nativos digitales, por lo cual es necesario que los profesores estén al nivel de sus alumnos en cuanto a conocimientos tecnológicos. Demostrar inexperiencia frente a los mismos podría significar falta de interés por las nuevas dinámicas y las necesidades del estudiante.

Un profesor que esté al tanto de las nuevas tecnologías va a saber aprovecharlas mejor, de tal forma que pueda cumplir a cabalidad con los objetivos del curso, además de involucrar de manera activa a sus estudiantes en aspectos y recursos tecnológicos que son familiares para ellos.

Blackboard eTeacher es una herramienta que les brinda a los docentes la oportunidad de certificarse en habilidades digitales. Con los cursos que ofrece Blackboard eTeacher, el aprendizaje y uso de la tecnología no será exclusivo de los estudiantes y los nativos digitales.

8. Ser empático con los estudiantes en línea

Si bien la clase la preparó el profesor y él lleva el control sobre la misma, es necesario crear un ambiente de aprendizaje que sea amigable con los estudiantes. Antes que nada, hay que reconocer en el estudiante una persona con ánimo de aprender y así entender de qué manera podemos impartir conocimientos.

Lo importante del aprendizaje personalizado es que ayuda a entender las necesidades particulares de cada uno de los estudiantes y así saber muy bien qué pedagogía va mejor con los intereses de los mismos. Cada uno aprende a un ritmo diferente y ese debe ser el punto de partida de toda pedagogía.

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